lunes, 24 de enero de 2011

¿UNIÓN CIVIL HOMOSEXUAL O MATRIMONIO HOMOSEXUAL?

Existen posiciones encontradas respecto a la unión civil entre personas del mismo sexo, los detractores apelan a argumentos morales, religiosos y éticos, mientras que sus defensores a elementos de inclusión, de reparto patrimonial, y de justicia a minorías. 

La libertad sexual es un derecho elemental de los seres humanos, y cada persona tiene la facultad de ejercerlo con responsabilidad y mientras no afecte, perjudique o restrinja el derecho del otro. En ese sentido los homosexuales deben contar con derechos que permitan asegurar beneficios personales propios de la convivencia de pareja, por ejemplo seguro de salud, herencia, protección patrimonial…

A su vez, existen derechos irrenunciables de la población heterosexual y el matrimonio es uno de ellos.
Lingüísticamente, el término “matrimonio” alude a una unión heterosexual “Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.(Diccionario RAE)” y me parece debe reservarse para designar la población heterosexual que ha decidido esta unión, pues tiene una connotación y sentido social, cívico, religioso, acorde con las costumbres y tradiciones de cada sociedad. La institución del matrimonio es desde siempre heterosexual. Si empleamos el mismo término para aplicarlo a la unión homosexual, estaríamos trasgrediendo el sentido histórico del término. 

Por ello, el tema es muy delicado, la tolerancia e inclusión propias de una democracia, necesita deliberar al respecto y plantear alternativas de solución que no amenace la libertad y derechos un sector en beneficio de otro.  

La unión civil homosexual en este sentido sería viable. Pero debemos ser conscientes que existen múltiples compromisos propios del matrimonio heterosexual que corresponden a la naturaleza biológica de la unión y que distan largamente de la unión homosexual, por ejemplo la procreación y crianza de niños, tema del cual estaremos hablando próximamente. 

sábado, 8 de enero de 2011

CENTENARIO DEL NATALICIO DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS





Nació el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas. Cuando tenía 3 años murió su madre y quedó al cuidado de su abuela. En 1917, su padre se casó con una terrateniente adinerada, quien determinó que el niño viviera con los sirvientes. Arguedas se crió en Puquio y estudió en Abancay, Ica y Lima.

Su vida y su creación se nutrieron de su tierra y del pueblo peruano, especialmente de campesinos, artesanos, músicas y artistas populares. “Recorrí los campos e hice las faenas de los campesinos bajo el infinito amparo de los comuneros quechuas”, contaba.

En 1928 publica en la revista "Antorcha" de Huancayo. En 1931 ingresa a San Marcos y culmina sus estudios de literatura en 1937, año en que es apresado por sus actividades políticas.

Se casa en 1939 con Celia Bustamante Vernal. En 1944 le sobreviene una crisis que le impide escribir por 5 años. En 1949 es cesado por comunista. Obtiene el grado de Doctor en Letras en 1963. En 1965 se divorcia y luego, en 1967, se casa con Sybila Arredondo. El 28 de noviembre de 1969 se suicida.                TOMADO DE: http://www.librosperuanos.com/autores/jose_maria_arguedas.html 



CENTENARIO DE NACIMIENTO: http://www.rpp.com.pe/2011-01-07-celebraciones-por-el-centenario-de-arguedas-se-inician-el-19-de-enero-noticia_325321.html

viernes, 7 de enero de 2011

GUERRA FILIPINAS - EEUU: 100 AÑOS


Isaac Bigio*

MUNDO AL DÍA
Para la mayoría de los latinoamericanos, Filipinas parece ser algo remoto en el sureste asiático. Sin embargo, muchos hispanos se sorprenden cuando comprueban que la mayoría de los nombres y apellidos de los filipinos son como los de ellos (como Juan, Carlos, José, Pérez, López, etc.) o cuando ven que las procesiones religiosas de esas islas son tan similares a las suyas. 



El cristianismo surgió en los 3 continentes de Asia, Europa y África, pero el país que tiene más católicos en todo el Viejo Mundo fue las Filipinas, que fue evangelizada y gobernada desde México. 

Hoy puede haber una treintena de países donde el español o el portugués sean los idiomas oficiales, pero ninguna de esas naciones ha sido bautizada en honor a un rey ibérico. La única república del mundo que lleva en su nombre el de un monarca que fue tanto de España como de Portugal es Filipinas. 

A este archipiélago se le denominó así para reverenciar a Felipe II, quien llegó a ser el monarca español y europeo más poderoso. El y su hijo Felipe III lograron la unificación de los imperios español y portugués en 1580-1640, quienes entonces detentaban la mayoría de las colonias europeas en las Américas, Asia y África, además de poseer varios territorios en Alemania, Italia y Francia y en los Países Bajos. 

La conquista ibérica de Filipinas se inició antes de que los castellanos derrotasen a los imperios azteca e inca. Filipinas luego llegó a ser una capitanía supeditada al virreinato de Nueva España (cuya capital era la ciudad de México), la cual abarcó a las �Indias españolas orientales� (las islas Marianas y Carolinas, Guam, Palaos, Sabah �que hoy es parte de Malasia- y territorios de Taiwán y Japón). 

Filipinas, al igual que Cuba y Puerto Rico, se mantuvo en manos españolas 8 a 9 décadas después de la independencia de los 4 virreinatos hispanoamericanos. En 1898 Filipinas declaró su independencia, aunque los EE.UU. inmediatamente procedieron a invadirles. Washington, tras derrotar a Madrid en una guerra, reclamó a todas sus últimas colonias en América y Asia. 

Las proclamas independentistas y la primera Constitución de los filipinos fueron redactadas en castellano. No obstante, los EE.UU. decidieron ocupar ese archipiélago, al que sólo perdieron ocasionalmente ante los japoneses en la II Guerra Mundial, para luego, al recuperarlo, otorgar una independencia donde éstos siempre se mantuvieron como el poder dominante. Guam y las Marianas aún siguen siendo territorios de EE.UU. 

La resistencia contra la ocupación norteamericana duró hasta 1911. Dicha guerra produjo la muerte de un millón de filipinos (más del 10% de habitantes de entonces). 

EE.UU. se propuso des-hispanizar a Filipinas. Hoy, allí el castellano ya no es idioma oficial (rango que sí lo tienen el inglés y el filipino (tagalog)), aunque sectores de las clases medias siguen reivindicando dicha herencia, las lenguas filipinas están llenas de vocablos hispánicos y hay una lengua castellana criolla local (el chabacano). 

La hoy olvidada guerra de Filipinas fue uno de los primeros pasos que daría EE.UU. en un futuro historial de ocupaciones al Caribe, Indochina y el Asia occidental. Los resultados de esta ocupación serían lo opuesto de lo que luego pasó en Vietnam. Prueba de ello es que en América Latina pocos se acuerdan del país más culturalmente afín que tienen al otro lado del Pacífico.


* COLUMNISTA DIARIO CORREO